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Nos vemos el jueves a las 4:30 pm en el café Michel.
Taller creativo
Publicado por Escritura Creativa. lunes, 28 de abril de 2008 en 14:26 0 comentarios Etiquetas: ejercicio, imágenes, imagenes sensoriales, poesía
Publicado por Escritura Creativa. en 13:55 0 comentarios Etiquetas: comparaciones, imágenes, Pablo Neruda, poesía
A veces la voz natural se mezcla con las otras voces que tenemos. Es muy diferente el tono de voz que utilizamos para platicar una desgracia, una anécdota que nos ha hecho enojar o un chiste. También es distinta la voz que utilizamos para comunicarnos con nuestros padres, con nuestro mejor amigo (a), con desconocidos y con los profesores. Lo podemos notar porque nos sentimos más cómodos platicando con determinadas personas que con otras.
En poesía es importante evitar la “pose”, la “afectación” excesiva y hacer que el lenguaje suene cercano, incluso íntimo para que el lector entre a la dinámica del poema. Recuerden que la voz natural es difícil de encontrar porque se encuentra sepultada debajo de capas y capas de roles sociales. También es importante no olvidar que la voz natural, aunque ya se domine, no siempre aparecerá en estado puro, pero sí con fuerza.
Así que aquí va otro ejercicio para encontrarla. Esta vez harán un poema dirigido a sí mismas: le hablarán a su propia persona, pero a su “yo” del pasado. Si se encontraran de pronto a su “yo” pretérito (digamos cuando tenían 3 años menos de edad) en la esquina, en la parada del camión, en una tienda… ¿Qué le dirían a su persona, qué consejos le darían, qué cosas podrían platicar con ustedes mismas? Espero haberme explicado, si no dejen su comentario, manden correo o el mismo lunes aclaramos dudas.
No se olviden del ejercicio descriptivo del sabor de alguna fruta. Queda también pendiente la visita a “Un desierto para la danza”, para tomar ideas que puedan plasmar en su futuro libro de poesía.
Publicado por Escritura Creativa. viernes, 11 de abril de 2008 en 11:21 0 comentarios Etiquetas: ejercicio, poesía, voz natural
Nadie rebaje a lágrima o reproche
esta declaración de la maestría
de Dios, que con magnífica ironía
me dio a la vez los libros y la noche.
De esta ciudad de libros hizo dueños
a unos ojos sin luz, que sólo pueden
leer en las bibliotecas de los sueños
los insensatos párrafos que ceden
las albas a su afán. En vano el día
les prodiga sus libros infinitos,
arduos como los arduos manuscritos
que perecieron en Alejandría.
De hambre y de sed (narra una historia griega)
muere un rey entre fuentes y jardines;
yo fatigo sin rumbo los confines
de esa alta y honda biblioteca ciega.
Enciclopedias, atlas, el Oriente
y el Occidente, siglos, dinastías,
símbolos, cosmos y cosmogonías
brindan los muros, pero inútilmente.
Lento en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Algo, que ciertamente no se nombra
con la palabra azar, rige estas cosas;
otro ya recibió en otras borrosas
tardes los muchos libros y la sombra.
Al errar por las lentas galerías
suelo sentir con vago horror sagrado
que soy el otro, el muerto, que habrá dado
los mismos pasos en los mismos días.
¿Cuál de los dos escribe este poema
de un yo plural y de una sola sombra?
¿Qué importa la palabra que me nombra
si es indiviso y uno el anatema?
Groussac o Borges, miro este querido
mundo que se deforma y que se apaga
en una pálida ceniza vaga
que se parece al sueño y al olvido.